Por Moraima Zulueta
moraima@gritodebaire.icrt.cu
¡Misericordia, misericordia, sálvanos Señor! Era la exclamación de mi madre, quien como yo nunca habíamos sufrido en carne propia los efectos de un ciclón.
Era Sandy, quien arremetía con rabia, con fuerzas sobre las paredes y cubierta de la casa. La noche más oscura de lo habitual, obligaba a prender una vela, cuya tenue llama mirábamos resguardadas en complicidad y suplicando en silencio a imágenes religiosas ausentes.
El destino era incierto. El ruido de los vientos huracanados silbaban en nuestros oídos con los golpes estrepitosos de cuerpos extraños que volaban y caían sin descanso.
¡Auxilo, auxilio! Repetían vecinos que veían en medio de la oscuridad desplomar el techo de sus viviendas, sin embargo, no podíamos ayudarlos ante el paso devastador de Sandy.
De pronto, se distinguía luces de un carro que traspasaba el umbral del pánico. ¿Qué pasaba? La preocupación era lógica.
Caminamos hacia una de las persianas del frente de la casa para saber. Era unos de los vehículos del Comando Territorial de Bomberos que vinieron a proteger a familias urgidas de socorro.
El teléfono timbraba a menudo. ¿Cómo la están pasando? Con miedo, pero seguras respondíamos con inmediatez y colgábamos el auricular.
No veíamos despuntar el alba, y las lluvias y el viento permanecían furiosos. No había sueño, sí temblores y cólicos. Bryan; mi perrito me miraba con susto y ladridos de vez en vez; sabia que algo raro pasaba.
Transcurrían las horas de la cruel madrugada con Sandy que se alejaba; mientras mi mamá y yo nos abrazamos y dimos gracias a Dios por estar vivas. Nos fuimos a nuestros cuartos a descansar, escasamente dos horas, para levantarnos a compartir el dolor multiplicado con vecinos afectados.
El lamento y las anécdotas se escuchaban en todo el barrio que recibía el amanecer con la naturaleza desgarrada, con casas dañadas, sin electricidad, y sin agua para el consumo.
Fue Sandy quien nos dejó la huella. Ahora mi mamá y yo sabemos qué es un ciclón, quienes rogamos a madre natura que la adversidad climatológica no vuelva a repetirse.
lunes, 29 de octubre de 2012
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Pompa: de maestro dulcero y chofer a limpiabotas
Por Moraima Zulueta
moraima@gritodebaire.icrt.cu
Cada domingo su travesía en horario fijo por el barrio le distingue con una jaba a cuestas. “Limpiabotas” es el pregón que estremece la cuadra tras su paso agraciado. Este hombre de pueblo, de tez negra y unas cuantas libras de peso corporal, es también una leyenda viva de Maffo.
Orlando Morales Pompa, es un jubilado con júbilo que nació en el poblado de Baire, donde aprendió junto a su papá el oficio de elaborador de “mantecado” una modalidad de dulce criollo, para salir por las calles a buscarse el sustento diario; de ahí que se le conozca en ese pedazo de suelo oriental como “pirulí el mantecaero”
Chofer de una máquina particular y de visita para una festividad patronal denominada “San José de Maffo”, se cruza en su camino Gladis La Rosa, una negra simpática de este poblado, que lo “chifló” para siempre, formalizando hace 52 años su familia, integrada por su esposa, cuatro hijas y tres nietos.
Su afinidad por el timón le abrió las puertas en el mundo laboral en las Empresa de café y cacao, así como de Acopio, donde la huella de obrero noble, responsable, y carismático trascendió en su hoja de servicio.
La esfera de Salud Pública en Contramaestre también lo puso a prueba. El amor por el prójimo en momentos de dolor y humanismo, acuñaron el oficio de chofer de ambulancias en el antiguo hospital “Wilfredo Pagés” con el traslado de pacientes y familiares hacia centros asistenciales de Santiago de Cuba.
Pompa, como cariñosamente se le conoce en su pueblo adoptivo, es de esos hombres que recauda dinero y más dinero y apenas invierte; que nunca tiene “el día malo”; el cuento, las anécdotas picarescas y la pasión por el danzón son atributos que siempre acompañan a este limpiabotas, que de lunes a sábado se le encuentra en su sillón en la esquina del parque infantil de Maffo, donde acuden personas desde rincones diversos.
“La pelá” como decimos en buen cubano a la muerte, es la palabra tétrica para este citadino común, que según su elocuencia: “tuvo cuatro hijas, de altas temperaturas pero de vientres pocos fértiles y muy pintorescas”.
Cada domingo, cuando el reloj marca las 12 del mediodía, unos minutos después, Pompa pasa por mi barrio con su llamativo pregón: “limpiabotas” para lustrar el calzado a todo aquel que lo necesite.
moraima@gritodebaire.icrt.cu
Cada domingo su travesía en horario fijo por el barrio le distingue con una jaba a cuestas. “Limpiabotas” es el pregón que estremece la cuadra tras su paso agraciado. Este hombre de pueblo, de tez negra y unas cuantas libras de peso corporal, es también una leyenda viva de Maffo.
Orlando Morales Pompa, es un jubilado con júbilo que nació en el poblado de Baire, donde aprendió junto a su papá el oficio de elaborador de “mantecado” una modalidad de dulce criollo, para salir por las calles a buscarse el sustento diario; de ahí que se le conozca en ese pedazo de suelo oriental como “pirulí el mantecaero”
Chofer de una máquina particular y de visita para una festividad patronal denominada “San José de Maffo”, se cruza en su camino Gladis La Rosa, una negra simpática de este poblado, que lo “chifló” para siempre, formalizando hace 52 años su familia, integrada por su esposa, cuatro hijas y tres nietos.
Su afinidad por el timón le abrió las puertas en el mundo laboral en las Empresa de café y cacao, así como de Acopio, donde la huella de obrero noble, responsable, y carismático trascendió en su hoja de servicio.
La esfera de Salud Pública en Contramaestre también lo puso a prueba. El amor por el prójimo en momentos de dolor y humanismo, acuñaron el oficio de chofer de ambulancias en el antiguo hospital “Wilfredo Pagés” con el traslado de pacientes y familiares hacia centros asistenciales de Santiago de Cuba.
Pompa, como cariñosamente se le conoce en su pueblo adoptivo, es de esos hombres que recauda dinero y más dinero y apenas invierte; que nunca tiene “el día malo”; el cuento, las anécdotas picarescas y la pasión por el danzón son atributos que siempre acompañan a este limpiabotas, que de lunes a sábado se le encuentra en su sillón en la esquina del parque infantil de Maffo, donde acuden personas desde rincones diversos.
“La pelá” como decimos en buen cubano a la muerte, es la palabra tétrica para este citadino común, que según su elocuencia: “tuvo cuatro hijas, de altas temperaturas pero de vientres pocos fértiles y muy pintorescas”.
Cada domingo, cuando el reloj marca las 12 del mediodía, unos minutos después, Pompa pasa por mi barrio con su llamativo pregón: “limpiabotas” para lustrar el calzado a todo aquel que lo necesite.
jueves, 13 de septiembre de 2012
En Maffo la música tradicional tiene un nombre: Cachao
Por Moraima Zulueta
moraima@gritodebaire.icrt.cu
“Te comiste un macho gordo/ no me diste chicharrón/ yo tengo una melonera/ no te voy a dar melón”. Este estribillo montuno fue la inspiración recurrente de Oscar Mora Fornaris, un guajiro natural de Maffo, que junto a uno de sus hermanos con unas güiras y un taburete, respectivamente, entonaban la melodía en medio de los cafetales y su casita de vara en tierra, en la finca de La Vigía, predio que le vio nacer.
Cachao, como su pueblo le conoce, es uno de esos hombres comunes que desde su niñez despertó pasión por la música, entregándose en cuerpo y alma para tejer su historia en este poblado, que aún transcurridos sus 85 años hace melodías entre sus habitantes.
“Oye Ñico yo sigo Cachao, no he podido conseguir mis 40 centavos para pagar el tres”.
De ahí le deviene el sobrenombre; una deuda impagable preocupaban al tercero, quien no tenía cómo saldar su compromiso ante la palabra de Ñico, el amigo guitarrero que “puso la cara” con un fiador para que Oscar alcanzara uno de sus sueños.
El apodo trasciende en todo Maffo, donde cada rincón local conoce el personaje de tez blanca, de alta estatura y complexión delgada; una cabellera como la nieve por la suma de sus años y ojos color del cielo que se niegan a usar espejuelos para leer periódicos, libros y revistas y componer sus partituras.
Fundador de varios formatos de la música tradicional cubana con apego a la idiosincrasia campesina, Cachao ha defendido siempre la cultura identitaria, combinada con distintos oficios: la tierra con sus diversos cultivos, la venta de pan; como ayudante en albañilería, recogedor de basura; distribuidor de mercancías y responsabilidades en la Agricultura como técnico agrónomo, dieron garantías de sustento en épocas precedentes, que aportaron experiencias válidas a este protagonista.
La antigua Región de Palma Soriano, gratificó el conocimiento agrícola del cantautor local en el desarrollo de las hortalizas; siembras y cosechas de vegetales para la alimentación de 14 municipios de la comarca, avalan su hoja de servicio sin alejarse de
la sapiencia artística que distingue a este hombre de pueblo.
Fiestas patronales, bodas, cumpleaños, serenatas, despedidas, reencuentros, guateques, e invitaciones personales son testigos de la destreza en las cuerdas de la guitarra y del timbre inconfundible de Oscar Mora Fornaris, quien valora la familia y la amistad “como los cimientos que engrandecen el alma”.
Amigos de la música y de la vida como Misael Fonseca –ya fallecido- y familias como los Del Toro, y Cámara, en Maffo, estremecen los sentimientos de Cachao, en gratitud y veneración perpetua.
Tres grandes joyas cubanas, según él; forman el fruto de su familia de cinco hijos y tres nietos, a quienes le inculcó su nobleza y las buenas costumbres heredada de la educación inicial de Efraín Matos y Antonio Sierra, dos grandes maestros de la zona que acogieron en sus clases particulares nocturnas y cotizadas, el discípulo para que conociera la cartilla del saber.
Oscar Mora Fornaris (Cachao) aficionado por excelencia de la música tradicional es de esos exponentes que ama el prójimo como la vida misma, que no teme morir mañana porque se siente gratificado por el pueblo que lo ha acogido en diversos escenarios, para recibirle con beneplácito su arte cautivo por la naturaleza, el guajiro, las mujeres, el son, y en especial, por su natal Maffo.
moraima@gritodebaire.icrt.cu
“Te comiste un macho gordo/ no me diste chicharrón/ yo tengo una melonera/ no te voy a dar melón”. Este estribillo montuno fue la inspiración recurrente de Oscar Mora Fornaris, un guajiro natural de Maffo, que junto a uno de sus hermanos con unas güiras y un taburete, respectivamente, entonaban la melodía en medio de los cafetales y su casita de vara en tierra, en la finca de La Vigía, predio que le vio nacer.
Cachao, como su pueblo le conoce, es uno de esos hombres comunes que desde su niñez despertó pasión por la música, entregándose en cuerpo y alma para tejer su historia en este poblado, que aún transcurridos sus 85 años hace melodías entre sus habitantes.
“Oye Ñico yo sigo Cachao, no he podido conseguir mis 40 centavos para pagar el tres”.
De ahí le deviene el sobrenombre; una deuda impagable preocupaban al tercero, quien no tenía cómo saldar su compromiso ante la palabra de Ñico, el amigo guitarrero que “puso la cara” con un fiador para que Oscar alcanzara uno de sus sueños.
El apodo trasciende en todo Maffo, donde cada rincón local conoce el personaje de tez blanca, de alta estatura y complexión delgada; una cabellera como la nieve por la suma de sus años y ojos color del cielo que se niegan a usar espejuelos para leer periódicos, libros y revistas y componer sus partituras.
Fundador de varios formatos de la música tradicional cubana con apego a la idiosincrasia campesina, Cachao ha defendido siempre la cultura identitaria, combinada con distintos oficios: la tierra con sus diversos cultivos, la venta de pan; como ayudante en albañilería, recogedor de basura; distribuidor de mercancías y responsabilidades en la Agricultura como técnico agrónomo, dieron garantías de sustento en épocas precedentes, que aportaron experiencias válidas a este protagonista.
La antigua Región de Palma Soriano, gratificó el conocimiento agrícola del cantautor local en el desarrollo de las hortalizas; siembras y cosechas de vegetales para la alimentación de 14 municipios de la comarca, avalan su hoja de servicio sin alejarse de
la sapiencia artística que distingue a este hombre de pueblo.
Fiestas patronales, bodas, cumpleaños, serenatas, despedidas, reencuentros, guateques, e invitaciones personales son testigos de la destreza en las cuerdas de la guitarra y del timbre inconfundible de Oscar Mora Fornaris, quien valora la familia y la amistad “como los cimientos que engrandecen el alma”.
Amigos de la música y de la vida como Misael Fonseca –ya fallecido- y familias como los Del Toro, y Cámara, en Maffo, estremecen los sentimientos de Cachao, en gratitud y veneración perpetua.
Tres grandes joyas cubanas, según él; forman el fruto de su familia de cinco hijos y tres nietos, a quienes le inculcó su nobleza y las buenas costumbres heredada de la educación inicial de Efraín Matos y Antonio Sierra, dos grandes maestros de la zona que acogieron en sus clases particulares nocturnas y cotizadas, el discípulo para que conociera la cartilla del saber.
Oscar Mora Fornaris (Cachao) aficionado por excelencia de la música tradicional es de esos exponentes que ama el prójimo como la vida misma, que no teme morir mañana porque se siente gratificado por el pueblo que lo ha acogido en diversos escenarios, para recibirle con beneplácito su arte cautivo por la naturaleza, el guajiro, las mujeres, el son, y en especial, por su natal Maffo.
miércoles, 4 de julio de 2012
Cheche: un “Down” fuera de serie…
moraima@gritodebaire.icrt.cu
Preguntar a cualquier residente de Maffo por Eliécer Navas Llópiz, quizás resulte un nombre desconocido, pero si decimos Cheche, segura estoy, le será muy familiar identificar este personaje local.
En calle lra No. 15 del Reparto Nuevo Bijagual, Maffo, vive este protagonista, a quien la vida lo marcó con un síndrome de Down severo, sin posibilidades de aprender las letras del abecedario y los números para contar, con un lenguaje incapacitado característico de su propia enfermedad genética.
De estatura mediana y complexión delgada, y una fisonomía típica de un “Down”, Cheche, tuvo la gracia de nacer con los ojos del color de la esperanza que hablan de por sí, cuyo contraste con cejas bien tupidas, orejas y entradas pronunciadas, armonizan sus muecas para la diversión de sus seguidores.
Sin embargo, su carisma natural, lo convirtió en leyenda viva del pueblo, pues tan pronto aprendió a caminar desandaba las calles y espacios públicos para ganarse la vida y hacer reír a muchos.
Tras el centavo nuestro de cada día, una carretilla le distinguía como mandadero del barrio, con vestimentas que hacían galas a oficios de sus grandes predilecciones: chofer y policía, cuyo bastón y gorra era la indumentaria distintiva que le acompañaba siempre. Contorsionista por excelencia; acostumbraba a reunir multitudes, que en pago a sus carismáticas piruetas, le regalaban chiflidos y aplausos.
Dársela de buen orador, lector de periódicos de revés y conocedor de “buenas nuevas” fueron otros de sus encantos. Frases como “Latingo, latingo, latingo…jo” para referirse a Latinoamérica, y nombres de presidentes y dirigentes de la nación etiquetan su conducta revolucionaria y sentido de pertenencia por la Patria que le vio nacer y crecer.
Con sus propias ganancias de “pesetas” este personaje leyenda de Maffo, discutía diariamente “el uno” en la compra de la prensa, y tras una supuesta lectura y “fabulosos discursos” arrastraba un pueblo, que se regocijaba con su agraciada fantasía.
Era la voz altoparlante del barrio para el anuncio de productos alimenticios: ”llegó mandao…, el biquillillo, azuca y aró” para avisar el picadillo, el azúcar y el arroz, cuyos anuncios movilizaban al vecindario que confiaban en la seriedad del “pícaro”
Sus dotes rebasaban los límites geográficos del municipio, al ser trasladado por conductores de confianza, hacia tierras camagüeyanas y de la capital cubana, para hacer deleitar a viajeros y a los propios pobladores de los lugares de destino.
Bailador nato en cualquier escenario con un descomunal contoneo de cintura, con apego a la música del Órgano Oriental y de la buena pachanga acompañada de su jarrito de cerveza, Cheche amanecía en fiestas populares, hasta que familiares salían tras su búsqueda para el regreso a casa.
¿Cuál es su temor? Viene un ciclón”… ha sido la frase más espantosa y temida para este personaje, cuyo aviso de maldad y susto de muchos provoca que se refugie en su cuarto, pronunciando palabras de defensa propia como “Voy day macanazo, voy decí policía., voy a cogei preso. La oscuridad es otro de sus pánicos.
“Amigo” es la palabra común del ilustre picaresco, quien así bautiza siempre no sólo los humanos, también a los animales.
Hoy cuando su cuerpo exhibe 64 años de edad y sus fuerzas no le acompañan, su hermana Loida Navas (mamá Yoya -como él le dice- quien es Master en Educación) lo cuida como su hijo grande, con amor, mimo y apego, pues una silla de ruedas es su soporte de descanso, cuya invalidez total no le impide bailar desarmadamente frente a su televisor o un equipo de música, porque según sus palabras: “no hay quien le “eche un pié a’lante”…
miércoles, 27 de junio de 2012
El que tiene padrino se bautiza
Por Moraima Zulueta
moraima@gritodebaire.icrt.cu
¿Quien no conoce esta frase? La expresión ha pasado a ser parte de la historia de Contramaestre, vinculada directamente a “San Juan”, padrino espiritual y motivación de las fiestas patronales de este asentamiento.
La celebración se ha convertido en patrimonio de valor social y testimonial de la ciudad, asociada con las formas de vida de los diferentes grupos que la habitan, formando parte de sus tradiciones y costumbres, así como de su memoria colectiva, desarrollándose en diversos escenarios físicos definidos y relacionados directamente con la imagen de los mismos.
¿Cuándo se inició esta festividad? A principios del siglo XX con la construcción del ferrocarril y la carretera central, Contramaestre se desarrolla y muchos emigrantes españoles vienen en busca de prosperidad y se asientan en el mismo.
Dentro de estos desplazados se encontraba Juan Ríos Rodríguez, canario de nacimiento, quien compra caballerías de tierras en 1909 hacia el norte y noroeste del asentamiento y las dedica a la cría del ganado, percatándose que en presencia de un pueblo muy joven, sus orígenes no estaban vinculados al período colonial, desprovisto de un patronato que marcaba la costumbre de muchos pueblos y ciudades en Cuba y el mundo.
Ante esa observación decide reunirse con otros emigrantes y algunos pobladores para proponer a “San Juan” como padrino del asentamiento, cuya argumentación tenía como referencia las aguas, principalmente aquellas que abrieran y cerraran el verano, y vinculadas con la recogida de las cosechas de ciclo corto e intermedio, como maíz, frijoles, calabazas y boniatos; la mayoría de ellas utilizadas en curaciones, limpiezas espirituales y misas.
A partir de la propuesta comienza una polémica: ¿por qué este patrón y no otro, si “San Juan” era distintivo de la ciudad de Camagüey?. Muchos de los emigrados que participaban en este asunto coincidieron con la proposición de Juan Ríos, pues en los pueblos y aldeas de las que provenían, patrocinaba este santo.
Después de llegar a un consenso se declaró a “San Juan” el patrón del poblado el 15 de abril de 1955 en el local del Colegio Académico del pueblo. El acta constitutiva recoge la estructura funcional y los fines de la institución: "Art. 2: Los fines de este patronato son los de unir de manera firme a todos los vecinos de esta población, a fin de lograr una eficiente colaboración en la organización de San Juan. Logrando (...) que cada uno aporte sus intenciones al bien colectivo".
El 24 de junio fue la fecha escogida para celebrar la primera festividad, la que no tuvo ninguna relación con la celebración del “San Juan” católico que “su festividad se celebra el 27 de diciembre”, siendo esta festividad absolutamente popular.
¿Dónde y cómo se celebraba? Al ser una celebración popular, no se realizaba en recintos cerrados sino que se escoge el mismo centro del asentamiento donde se encontraba el parque “Jesús Rabí” como su escenario.
En su alrededor se ubicaban inmuebles de gran valor para el asentamiento, tales como el Cine “Isabel”, el Hotel “Carnero”, tiendas, bares, el Casino hispano- cubano, la mayoría con códigos arquitectónicos Art Decó, además hacia el convergían las principales vías del asentamiento, garantizando una buena accesibilidad.
En ese contorno se colocaban kioscos de yagua y guano donde se ofertaban bebidas, comidas y dulces. Los músicos aficionados de la región eran los encargados de amenizar esta fiesta que duraba por lo general dos días.
Lo más relevante de esta celebración es que al llegar la madrugada los participantes se iban al río Contramaestre a bañarse debajo del puente que sirve de paso a la carretera Central, alegando que las aguas ese día estaban benditas por “San Juan”, y muchos, ya sea por sus creencias espirituales o católicas se bautizaban, en el día o la noche.
Otros recogían en botellas agua para guardarlas en sus casas, y declaraban que estaba tibia a pesar del horario en que se sumergían.
Con el tiempo la clase pudiente de la sociedad contramaestrense decide trasladar la festividad hacia el Casino, donde se organizaban bailes de disfraces, comparsas y cenas, solo para sus asociados; ello simultáneo a la fiesta popular original.
Su trascendencia en el tiempo.
Durante varios años esta celebración fue una de las tradiciones más importantes del asentamiento. Con el triunfo de la Revolución y los cambios sociales, económicos, culturales, políticos e ideológicos esta fue perdiendo importancia y quedando olvidada aparentemente. En varias ocasiones algunas personas intercedieron ante el gobierno local para que se retomara esta costumbre, recibiendo negativas por parte de este, la mayoría de las veces por desconocimiento, otras porque la política del gobierno estaba separada de intereses religiosos y en algunas casos por ser cuadros provenientes de otras regiones con otras tradiciones.
Pero “nuestro patrimonio cultural y natural es una fuente insustituible de vida e inspiración, nuestra piedra de toque, nuestro punto de referencia, nuestra identidad.” por eso aunque aparentemente este olvidado, relegado, postergado, la misma historia reclama su espacio entre las nuevas generaciones, renaciendo en nuevos marcos históricos.
El contramaestrense común, sencillo, cotidiano, que se detiene a escuchar los mitos y leyendas de sus orígenes, ha retomado el “San Juan” y lo ha renovado. En sus raíces es el mismo, con un marcado carácter popular, pero a la vez más personal, ya que ha cambiado su organicidad.
En las primeras celebraciones las personas se aglomeraban en un solo punto del río (puente de la carretera central); en las nuevas circunstancias se descentralizó como punto de referencia y las personas se han diseminado en su cause según el hábitat que les corresponde.
Cada grupo de personas le aporta nuevos elementos que lo enriquecen como: bañarse con carapachos de coco, se santiguan, entonan cánticos espirituales o de la música contemporánea, reparten bebidas, se cortan el pelo, etc, pero todas conservan la tradición de guardar el agua en botellas. Una descripción de la observación realizada en las celebraciones de la noche del 23 para el 24 de junio de 2005, en Contramaestre, permite ilustrar la diversidad simbólica del ritual de San Juan de ahora:
"Por varias pendientes descienden grupos de personas. Algunos se alumbran con velas y faroles. Es apreciable, que algunos estén pescando -muy recomendable para la salud-. Llevan imágenes de la Virgen de la Caridad, Santa Bárbara y San Lázaro. Hay un grupo que encabeza un santero, seguido de siete ahijados. Se distingue por su hermética organización en la acción ritual: Colocan una imagen de Elegguá en la orilla del río, le encienden una vela después de echarle agua, penetran en el río hasta el centro de la corriente formando un círculo...”
El santero saca un coco, lo rocía con perfume, pide permiso a Oshún, que domina las aguas del río, aunque es día de San Juan. Sumerge varias veces el coco, repitiendo: "Al fondo vamos y a la superficie subimos, y canta una plegaria en lengua yoruba". Ordena a los participantes que se sumerjan, acción que realizan, simultáneamente. El oficiante dice: "quedan bautizados en nombre de Oshún, Elegguá, con el agua de San Juan Bautista".
Recuperar esta tradición es revivir la experiencia de sus primeros pobladores; su legado permanece en el tiempo; siendo esta una fuente de identidad, que no solamente guarda relación con las personas que participan directamente en la celebración sino para todos los habitantes de la ciudad, portadores de una memoria histórica que no siempre puede encontrarse en otros lugares.
En la medida que avanza la recuperación de este valor patrimonial, crece la identificación y se refuerza el sentimiento de pertenencia que hace al ciudadano con mayor sentido identitario, consciente de sus valores y comprometido con su destino.
moraima@gritodebaire.icrt.cu
¿Quien no conoce esta frase? La expresión ha pasado a ser parte de la historia de Contramaestre, vinculada directamente a “San Juan”, padrino espiritual y motivación de las fiestas patronales de este asentamiento.
La celebración se ha convertido en patrimonio de valor social y testimonial de la ciudad, asociada con las formas de vida de los diferentes grupos que la habitan, formando parte de sus tradiciones y costumbres, así como de su memoria colectiva, desarrollándose en diversos escenarios físicos definidos y relacionados directamente con la imagen de los mismos.
¿Cuándo se inició esta festividad? A principios del siglo XX con la construcción del ferrocarril y la carretera central, Contramaestre se desarrolla y muchos emigrantes españoles vienen en busca de prosperidad y se asientan en el mismo.
Dentro de estos desplazados se encontraba Juan Ríos Rodríguez, canario de nacimiento, quien compra caballerías de tierras en 1909 hacia el norte y noroeste del asentamiento y las dedica a la cría del ganado, percatándose que en presencia de un pueblo muy joven, sus orígenes no estaban vinculados al período colonial, desprovisto de un patronato que marcaba la costumbre de muchos pueblos y ciudades en Cuba y el mundo.
Ante esa observación decide reunirse con otros emigrantes y algunos pobladores para proponer a “San Juan” como padrino del asentamiento, cuya argumentación tenía como referencia las aguas, principalmente aquellas que abrieran y cerraran el verano, y vinculadas con la recogida de las cosechas de ciclo corto e intermedio, como maíz, frijoles, calabazas y boniatos; la mayoría de ellas utilizadas en curaciones, limpiezas espirituales y misas.
A partir de la propuesta comienza una polémica: ¿por qué este patrón y no otro, si “San Juan” era distintivo de la ciudad de Camagüey?. Muchos de los emigrados que participaban en este asunto coincidieron con la proposición de Juan Ríos, pues en los pueblos y aldeas de las que provenían, patrocinaba este santo.
Después de llegar a un consenso se declaró a “San Juan” el patrón del poblado el 15 de abril de 1955 en el local del Colegio Académico del pueblo. El acta constitutiva recoge la estructura funcional y los fines de la institución: "Art. 2: Los fines de este patronato son los de unir de manera firme a todos los vecinos de esta población, a fin de lograr una eficiente colaboración en la organización de San Juan. Logrando (...) que cada uno aporte sus intenciones al bien colectivo".
El 24 de junio fue la fecha escogida para celebrar la primera festividad, la que no tuvo ninguna relación con la celebración del “San Juan” católico que “su festividad se celebra el 27 de diciembre”, siendo esta festividad absolutamente popular.
¿Dónde y cómo se celebraba? Al ser una celebración popular, no se realizaba en recintos cerrados sino que se escoge el mismo centro del asentamiento donde se encontraba el parque “Jesús Rabí” como su escenario.
En su alrededor se ubicaban inmuebles de gran valor para el asentamiento, tales como el Cine “Isabel”, el Hotel “Carnero”, tiendas, bares, el Casino hispano- cubano, la mayoría con códigos arquitectónicos Art Decó, además hacia el convergían las principales vías del asentamiento, garantizando una buena accesibilidad.
En ese contorno se colocaban kioscos de yagua y guano donde se ofertaban bebidas, comidas y dulces. Los músicos aficionados de la región eran los encargados de amenizar esta fiesta que duraba por lo general dos días.
Lo más relevante de esta celebración es que al llegar la madrugada los participantes se iban al río Contramaestre a bañarse debajo del puente que sirve de paso a la carretera Central, alegando que las aguas ese día estaban benditas por “San Juan”, y muchos, ya sea por sus creencias espirituales o católicas se bautizaban, en el día o la noche.
Otros recogían en botellas agua para guardarlas en sus casas, y declaraban que estaba tibia a pesar del horario en que se sumergían.
Con el tiempo la clase pudiente de la sociedad contramaestrense decide trasladar la festividad hacia el Casino, donde se organizaban bailes de disfraces, comparsas y cenas, solo para sus asociados; ello simultáneo a la fiesta popular original.
Su trascendencia en el tiempo.
Durante varios años esta celebración fue una de las tradiciones más importantes del asentamiento. Con el triunfo de la Revolución y los cambios sociales, económicos, culturales, políticos e ideológicos esta fue perdiendo importancia y quedando olvidada aparentemente. En varias ocasiones algunas personas intercedieron ante el gobierno local para que se retomara esta costumbre, recibiendo negativas por parte de este, la mayoría de las veces por desconocimiento, otras porque la política del gobierno estaba separada de intereses religiosos y en algunas casos por ser cuadros provenientes de otras regiones con otras tradiciones.
Pero “nuestro patrimonio cultural y natural es una fuente insustituible de vida e inspiración, nuestra piedra de toque, nuestro punto de referencia, nuestra identidad.” por eso aunque aparentemente este olvidado, relegado, postergado, la misma historia reclama su espacio entre las nuevas generaciones, renaciendo en nuevos marcos históricos.
El contramaestrense común, sencillo, cotidiano, que se detiene a escuchar los mitos y leyendas de sus orígenes, ha retomado el “San Juan” y lo ha renovado. En sus raíces es el mismo, con un marcado carácter popular, pero a la vez más personal, ya que ha cambiado su organicidad.
En las primeras celebraciones las personas se aglomeraban en un solo punto del río (puente de la carretera central); en las nuevas circunstancias se descentralizó como punto de referencia y las personas se han diseminado en su cause según el hábitat que les corresponde.
Cada grupo de personas le aporta nuevos elementos que lo enriquecen como: bañarse con carapachos de coco, se santiguan, entonan cánticos espirituales o de la música contemporánea, reparten bebidas, se cortan el pelo, etc, pero todas conservan la tradición de guardar el agua en botellas. Una descripción de la observación realizada en las celebraciones de la noche del 23 para el 24 de junio de 2005, en Contramaestre, permite ilustrar la diversidad simbólica del ritual de San Juan de ahora:
"Por varias pendientes descienden grupos de personas. Algunos se alumbran con velas y faroles. Es apreciable, que algunos estén pescando -muy recomendable para la salud-. Llevan imágenes de la Virgen de la Caridad, Santa Bárbara y San Lázaro. Hay un grupo que encabeza un santero, seguido de siete ahijados. Se distingue por su hermética organización en la acción ritual: Colocan una imagen de Elegguá en la orilla del río, le encienden una vela después de echarle agua, penetran en el río hasta el centro de la corriente formando un círculo...”
El santero saca un coco, lo rocía con perfume, pide permiso a Oshún, que domina las aguas del río, aunque es día de San Juan. Sumerge varias veces el coco, repitiendo: "Al fondo vamos y a la superficie subimos, y canta una plegaria en lengua yoruba". Ordena a los participantes que se sumerjan, acción que realizan, simultáneamente. El oficiante dice: "quedan bautizados en nombre de Oshún, Elegguá, con el agua de San Juan Bautista".
Recuperar esta tradición es revivir la experiencia de sus primeros pobladores; su legado permanece en el tiempo; siendo esta una fuente de identidad, que no solamente guarda relación con las personas que participan directamente en la celebración sino para todos los habitantes de la ciudad, portadores de una memoria histórica que no siempre puede encontrarse en otros lugares.
En la medida que avanza la recuperación de este valor patrimonial, crece la identificación y se refuerza el sentimiento de pertenencia que hace al ciudadano con mayor sentido identitario, consciente de sus valores y comprometido con su destino.
viernes, 22 de junio de 2012
Al fin te encontré...pero no te tengo
Por Moraima Zulueta
moraima@gritodebaire.icrt.cu
Hace más de 20 días que recibí la noticia de tu reaparición, tras una larga espera en silencio, que se interpretaba como un adiós a la vida
Gestión de búsqueda a través de la Cruz Roja Internacional y de amigos solidarios fueron infructuosas, quedando solo el desaliento, las lágrimas ocultas y el sufrimiento invisible al no saber de tu existencia.
Sin embargo, hoy cuando conozco dónde y cómo te encuentras, sé que te tengo vivo, aunque más viejo que ayer y más callado, pero con la lucidez que aún te caracteriza.
Sé que tú, PAPÁ, te refugiaste en un país lejano, cuyas barreras geopolíticas impiden verte, acariciarte, peinar tus canas, caminar juntos y disfrutar de una conversación impredecible en el tiempo, que termine en un abrazo bien apretado y un beso muy sincero.
Esta vez se rompe el silencio… pero no te tengo a mi lado; aprovecho la ocasión para decirte que me haces mucha falta ante los tropiezos que depara el destino, para pedirte un consejo oportuno o quizás para escuchar el perdón por errores del pasado.
Porque quiero que sepas que, aunque no crecí a tu lado, mamá me enseñó que PAPÁ es único en el mundo, que no fue un hombre perfecto pero sí tuvo nobles sentimientos, que por incomprensiones de ustedes dos, no pude aprender de tus doctrinas ni mucho menos disfrutar de tu amor paterno.
Hoy cuando sé que estás vivo pero muy distante; qué puedo decirte?
Que tienes una hija de 44 años de edad, cuya madurez temprana la preparó en los rigores de la vida, que tu ausencia irreparable inspira nostalgia y respeto, y que vivo el presente con el anhelo de verte antes del deceso de algunos de los dos.
moraima@gritodebaire.icrt.cu
Hace más de 20 días que recibí la noticia de tu reaparición, tras una larga espera en silencio, que se interpretaba como un adiós a la vida
Gestión de búsqueda a través de la Cruz Roja Internacional y de amigos solidarios fueron infructuosas, quedando solo el desaliento, las lágrimas ocultas y el sufrimiento invisible al no saber de tu existencia.
Sin embargo, hoy cuando conozco dónde y cómo te encuentras, sé que te tengo vivo, aunque más viejo que ayer y más callado, pero con la lucidez que aún te caracteriza.
Sé que tú, PAPÁ, te refugiaste en un país lejano, cuyas barreras geopolíticas impiden verte, acariciarte, peinar tus canas, caminar juntos y disfrutar de una conversación impredecible en el tiempo, que termine en un abrazo bien apretado y un beso muy sincero.
Esta vez se rompe el silencio… pero no te tengo a mi lado; aprovecho la ocasión para decirte que me haces mucha falta ante los tropiezos que depara el destino, para pedirte un consejo oportuno o quizás para escuchar el perdón por errores del pasado.
Porque quiero que sepas que, aunque no crecí a tu lado, mamá me enseñó que PAPÁ es único en el mundo, que no fue un hombre perfecto pero sí tuvo nobles sentimientos, que por incomprensiones de ustedes dos, no pude aprender de tus doctrinas ni mucho menos disfrutar de tu amor paterno.
Hoy cuando sé que estás vivo pero muy distante; qué puedo decirte?
Que tienes una hija de 44 años de edad, cuya madurez temprana la preparó en los rigores de la vida, que tu ausencia irreparable inspira nostalgia y respeto, y que vivo el presente con el anhelo de verte antes del deceso de algunos de los dos.
¿La espiral del silencio tiene efectividad en “Radio Grito de Baire”?
Por Moraima Zulueta
moraima@gritodebaire.icrt.cu
La sociedad amenaza con la exclusión a quienes se alejan del consenso; de lo moral y supuestamente válido; de lo establecido, que es establecido, a su vez, por ellos mismos y por los medios de comunicación de masas, en contra de cuyos criterios asentados nos cuesta tanto opinar.
Esto es lo que viene a expresar la teoría de la espiral del silencio, que la opinión de la mayoría determina el comportamiento de los individuos y cuestionan la elección de expresarse públicamente o permanecer en silencio.
La espiral del silencio nos muestra con numerosos ejemplos el poder que tiene la opinión pública en cada uno de los individuos, entendidos como seres particulares y, sobre todo en aquellos más frágiles que se sienten ligeramente desplazados del entorno social. Así, para la creación de su opinión individual, que más tarde cuando sea compartida se convertirá en una opinión colectiva y pública, el individuo parte de la perspectiva de la observación de su entorno social.
Que un individuo se vea apoyado por los medios de comunicación con respecto a un tema en cuestión, le hace tender a la elección de la expresión pública, porque en cierto modo se siente respaldado por una gran fuerza y le hace perder ese miedo constante que se tiene al aislamiento, que nos permite evaluar continuamente el clima de opinión.
Ahora bien, nuestra prensa socialista, sustentada en la democracia participativa, repara en esta definición. Aquí existen principios convincentes sobre esa hipótesis, pues la comunidad colabora con el medio, dando información con sus diversos matices para mejorar y perfeccionar la comunicación en defensa del quehacer del pueblo.
Esta virtud se da con mucha facilidad, porque la radio local tiene la facultad de expresar lo material y espiritual del hombre, valiéndose del sonido de la palabra para reflejar su entorno.
No es menos cierto que a veces nos encontramos escépticos o personas temerosas a la hora de emitir una opinión con respecto a determinado tema, pero un especialista dedicado a la investigación social, utilizando la encuesta como instrumento medidor, llega casi siempre hasta esos individuos para conocer preocupaciones, y sugerencias, sin que su voz sea de conocimiento público.
Conocemos también que interpretar el silencio no es nada fácil, menos aun en aquellos asentamientos donde el radio-receptor no existe. Sin embargo, hasta esas familias, casi siempre retiradas del perímetro urbano, el sondeo opinático toca a sus puertas, con el objetivo de conocer ideas, juicios o conceptos que una persona tiene o se forma acerca de algo o de alguien.
En el caso de la emisora identitaria, se tiene en cuenta esos criterios sociales para que el “receptor pasivo” se vea reflejado también en la programación radial, preferentemente, informativa.
El Boletín de opinión, como sistema de trabajo partidista, corrobora la búsqueda de información periodística nutrida de los argumentos expositivos al azar del propio pueblo.
En la radio todos son retos desde la ideologización hasta tener una gestión mucho más institucional, una programación mucho más audaz, hasta los periodistas y artistas que quieran hacer y sepan hacer, pues no sólo basta la voluntad de hacer, sino en la pericia profesional.
Nuestros programas en la radio comunitaria local, en la radio democrática han sido tradicionalmente instructivos-recreativos. La educación es seria, nuestros mensajes, con particularidad en la problematización de la sociedad se transmiten con un código diáfano; se hace interesante lo que interesa, sin argumentos banales, y sí con un discurso optimista, y entusiasta, o sea, son emisiones estéticamente bien facturadas.
En nombre del respeto al pueblo de Contramaestre, “Grito de Baire” defiende cotidianamente a través del éter radiofónico el protagonismo de su gente con el verbo preciso, utilizando como herramienta la imagen auditiva para que el propio municipio tenga acceso a la palabra, a la programación y a la propiedad, como único camino hacia el recurso del poder.
moraima@gritodebaire.icrt.cu
La sociedad amenaza con la exclusión a quienes se alejan del consenso; de lo moral y supuestamente válido; de lo establecido, que es establecido, a su vez, por ellos mismos y por los medios de comunicación de masas, en contra de cuyos criterios asentados nos cuesta tanto opinar.
Esto es lo que viene a expresar la teoría de la espiral del silencio, que la opinión de la mayoría determina el comportamiento de los individuos y cuestionan la elección de expresarse públicamente o permanecer en silencio.
La espiral del silencio nos muestra con numerosos ejemplos el poder que tiene la opinión pública en cada uno de los individuos, entendidos como seres particulares y, sobre todo en aquellos más frágiles que se sienten ligeramente desplazados del entorno social. Así, para la creación de su opinión individual, que más tarde cuando sea compartida se convertirá en una opinión colectiva y pública, el individuo parte de la perspectiva de la observación de su entorno social.
Que un individuo se vea apoyado por los medios de comunicación con respecto a un tema en cuestión, le hace tender a la elección de la expresión pública, porque en cierto modo se siente respaldado por una gran fuerza y le hace perder ese miedo constante que se tiene al aislamiento, que nos permite evaluar continuamente el clima de opinión.
Ahora bien, nuestra prensa socialista, sustentada en la democracia participativa, repara en esta definición. Aquí existen principios convincentes sobre esa hipótesis, pues la comunidad colabora con el medio, dando información con sus diversos matices para mejorar y perfeccionar la comunicación en defensa del quehacer del pueblo.
Esta virtud se da con mucha facilidad, porque la radio local tiene la facultad de expresar lo material y espiritual del hombre, valiéndose del sonido de la palabra para reflejar su entorno.
No es menos cierto que a veces nos encontramos escépticos o personas temerosas a la hora de emitir una opinión con respecto a determinado tema, pero un especialista dedicado a la investigación social, utilizando la encuesta como instrumento medidor, llega casi siempre hasta esos individuos para conocer preocupaciones, y sugerencias, sin que su voz sea de conocimiento público.
Conocemos también que interpretar el silencio no es nada fácil, menos aun en aquellos asentamientos donde el radio-receptor no existe. Sin embargo, hasta esas familias, casi siempre retiradas del perímetro urbano, el sondeo opinático toca a sus puertas, con el objetivo de conocer ideas, juicios o conceptos que una persona tiene o se forma acerca de algo o de alguien.
En el caso de la emisora identitaria, se tiene en cuenta esos criterios sociales para que el “receptor pasivo” se vea reflejado también en la programación radial, preferentemente, informativa.
El Boletín de opinión, como sistema de trabajo partidista, corrobora la búsqueda de información periodística nutrida de los argumentos expositivos al azar del propio pueblo.
En la radio todos son retos desde la ideologización hasta tener una gestión mucho más institucional, una programación mucho más audaz, hasta los periodistas y artistas que quieran hacer y sepan hacer, pues no sólo basta la voluntad de hacer, sino en la pericia profesional.
Nuestros programas en la radio comunitaria local, en la radio democrática han sido tradicionalmente instructivos-recreativos. La educación es seria, nuestros mensajes, con particularidad en la problematización de la sociedad se transmiten con un código diáfano; se hace interesante lo que interesa, sin argumentos banales, y sí con un discurso optimista, y entusiasta, o sea, son emisiones estéticamente bien facturadas.
En nombre del respeto al pueblo de Contramaestre, “Grito de Baire” defiende cotidianamente a través del éter radiofónico el protagonismo de su gente con el verbo preciso, utilizando como herramienta la imagen auditiva para que el propio municipio tenga acceso a la palabra, a la programación y a la propiedad, como único camino hacia el recurso del poder.
La radio comunitaria: otro camino hacia el recurso del poder
“Cuando una radio promueve la participación de los ciudadanos
y defiende sus intereses; cuando responde a los gustos de la mayoría
y hace del buen humor y la esperanza su primera propuesta,
cuando informa verazmente; cuando se estimula la diversidad cultural;
cuando la mujer protagoniza la comunicación
y no es una simple voz decorativa o un reclamo publicitario;
ésa es una radio comunitaria”.
José Ignacio López Gil.
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Emisora Radio Grito de Baire, Contramaestre |
moraima@gritodebaire.icrt.cu
Hay una tendencia a pensar que lo comunitario se refiere al tamaño y a un área geográfica en específico. Para muchas personas radio comunitaria es sinónimo de radios pequeñas de baja potencia, recluidas en algún lugar perdido de un pueblo, de quién sabe dónde. En pocas palabras: se les identifica con las características de las tres “p”: pocas, pequeñas y pobres.
Esta directriz mediática, contextualizada en términos abstractos, difiere de los propósitos esenciales de la radiodifusión patrimonial en el modelo social cubano, el que ha hecho de la radio en la “comunidad” una tipificación tangible de perenne inclinación en defensa de un proyecto sostenido por un grupo de ciudadanos con intereses comunes que tienen una propuesta hacia su entorno inmediato.
De ahí que, el medio paradigmático se define en Cuba “como el emisor que ejerce su libertad de expresión en la esfera de lo público, con la idea de generar un diálogo colectivo que contribuya a construir consensos para lograr a una participación de responsabilidad colectiva”.
Tras la huella de proceso de democratización de la palabra, la radio comunitaria del Estado favorece la libertad de expresión para contribuir al desarrollo equitativo y sostenible de nuestro pueblo.
La “era radiofónica” que aporta fundamentos básicos por el bien de la humanidad, y por ende, apunta hacia un futuro mejor, valida la ideologización socialista, ajustada a la terminología de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, caracterizada también con tres "p"; así como, el pueblo empieza con "p", también queremos que ese pueblo tenga acceso a la palabra, a la programación y a la propiedad.
El sistema radial santiaguero, sellado por diez emisoras, de ellas 9 municipales y la planta matriz de nivel provincial, es exponente de las cualidades inherentes del medio radial en la comunidad, considerado como” el mas cercano al oyente, el medio mas influyente en la gente” .
“Radio Grito de Baire” (GB), voz del pueblo de Contramaestre es la ilustración pragmática de los principios básicos y conceptos del producto comunicativo identitario, capaz de interactuar en la sociedad y convertirse en un elemento que combina ejemplarmente la misión de informar con la de transformar.
Con más de 20 años en el éter radiofónico y una programación de 12 horas diarias, diseñada en 28 espacios de factura propia de 30 fijados, la casa radial, siempre se ha identificado con su pueblo, como muestra irrefutable de la democracia participativa al alcance de los 105 mil habitantes locales. En el espectro de programación de la emisora, el 26 por ciento corresponde a la función informativa.
Hay que tener en cuenta que el objetivo de la radio comunitaria “no es el de hacer algo por la comunidad, es, más bien, el de dar una oportunidad a la comunidad para que haga algo por ella misma, como por ejemplo, poseer el control de su propio medio de comunicación”.
Esta premisa posesiona a la comunidad como propietaria, contribuyente para que la radio exista. Una emisora de la comunidad es mucho más que una señal en el aire. Su labor social es incuestionable.
“El producto de la Radio es inmediato, raudo, anticipa, provoca”. La trasmisiones de una emisora ilustran el modo de vida de una comunidad, la estimula oportunamente o la cuestiona, todos los que laboramos en el medio sabemos que la radio es también imagen e imaginación .
“Grito de Baire” no escapa de esa misión socializadora, donde cada colectivo de realización, artístico y periodístico, usa el lenguaje de sus pobladores, que va moldeando la mente del escucha usando su propio verbo o sustantivo, difundiendo la realidad de los hombres y mujeres con virtudes y defectos de su propia tierra, quienes cuentan una historia singular o expresan su protagonismo cotidiano.
Nuestra emisora municipal, tiene características particulares identificativas del código lingüístico de la palabra radial insertada al progreso sostenible. Espacios dirigidos hacia un público heterogéneo: obreros, campesinos, estudiantes, infantes, amas de casa, y jubilados; para aquellos segmentos especializados y recreativos; y hasta para quienes buscan el alcance y la inmediatez a través de un facilitador social, son propuestas jerarquizadas en GB.
La presencia del hombre común como ente socializado y personalizado por periodistas y locutores, -verdaderos líderes de la palabra-, exalta el aporte de hombres y mujeres comprometidos con su pueblo en diversos escenarios: productivos e institucionalizados.
Esas voces autorizadas denuncian también aptitudes del comportamiento humano en presencia de retos y compromisos sociales, que a veces por falta de previsión, planificación, organización, se incumple ocasionando una ruptura no compatible con nuestra formación, principios, y sistema de trabajo estatalizado y colectivizado.
Con enfoques informativo, educativo y de entretenimiento, la radio comunitaria en Contramaestre ha encontrado a través de sus creadores, espacios que van más allá de los retos competitivos de la mercadotecnia que invade con equipos de alta tecnología en el universo audiovisual. Computadoras, videos, DVD, y VCD, por citar algunos ejemplos, no reemplazan este medio individualizado y generalizado en su uso.
Programas estéticamente bien facturados, por realizadores versátiles, con conocimiento de causa de qué se quiere y cómo trasmitir las ideas capaces de transformar la conciencia social, son difundidos en la radio comunitaria de la localidad, estableciéndose una complicidad desde el micrófono con la vida de la gente.
“Contacto Matutino”, revista informativa y utilitaria de 68 minutos de duración; emblemática en la radiodifusión del municipio, constituye un código mediador entre los segmentos de la población, en el que periodistas, locutor, sonidista, y director de programa entrelazan su talento, con el denominador común de interactuar con la sociedad para convertirse en un elemento que combine ejemplarmente la misión de comunicar con la de transformar.
Es un espacio en el que se ofrecen informaciones que cuentan con un indispensable interés, utilizando los géneros periodísticos en sus distintas emisiones con noticias inmediatas o de actualidad dilatada. Su formato contiene comparecencias, -no muy extensas- y microespacios de críticas, así como “tiras” utilitarias y de facilitación social, de agradecimiento colectivo.
El servicio de mensajería cobra vida en su diseño, ¿cuáles son los argumentos? Varios: “avisamos en La Torcaza que María Alcántara, está hospitalizada en el hospital “Orlando Pantoja” de Contramaestre, favor de traerles sus pertenencias; y los interesados en solicitar tierra en calidad de usufructo, pueden dirigirse a la Delegación territorial de la agricultura.
El movimiento de corresponsales voluntarios y colaboradores con reportes en vivo desde exteriores de la emisora y a través de la vía telefónica o notas de prensa especializada, constituye un canal de transmisión de informaciones de la vida cotidiana vinculada con la prestación de determinados servicios y procesos histórico-sociales con incidencia en el municipio.
Por su parte, el noticiero “Enlace” con un tiempo de 13 minutos, es otro de los programas dedicados a satisfacer las necesidades de información de los radioescuchas, en el que prima la noticia y géneros periodísticos. Además, refleja materiales de máxima actualidad e interés informativo del ambiente nacional y extranjero, con destaque de lo local.
La representatividad del término comunitario en “Radio Grito de Baire” es evidente en la emisión radiofónica para el debate, segmento de enfrentamiento de opiniones sobre temas determinados, de manera conversacional sobre aspectos de alta sensibilidad pública, donde la palabra tanto del periodista como la del pueblo es reflejo de la realidad diaria del contramaestrense.
“Sin punto final” es el ejemplo elocuente de esta afirmación, que tiene como objetivo la explicación de un problema desde distintas posiciones, que al final ayudan a comprender y conocer con claridad el tema que se trate.
En nuestro medio, el espacio abierto al debate, con testimonios diáfanos de la población local, promueve una comparecencia de prensa, en la que se someten directivos, funcionarios y especialistas a preguntas que le hace un entrevistador –periodista- o los oyentes mediante la vía telefónica en el estudio, tocando línea temáticas de actualidad.
La oscura realidad de la venta de ropa reciclada; la calidad del servicio gastronómico y situación de la asistencia necrológica, constituyen ejemplos de las aristas del periodismo investigativo exhaustivo y veraz, para no errar a la hora de emitir criterios que el pueblo espera con marcadas expectativas.
La multiplicidad de opiniones y sugerencias sobre determinados hechos, entiéndase alternativas locales y aportes institucionalizados, insertados en una impactante crisis económica mundial, y un férreo bloqueo imperialista, son exponentes de nuestra radio revista reveladora de la información.
Los materiales transmitidos en el espectro informativo, todos con sellos periodísticos, denotan la autenticidad de trabajos familiarizados a nuestras realidades con sus valores de identidad nacional y arraigo de lo popular.
“Radio Grito de Baire” tiene características particulares, servicios diferentes, hábitos que la distinguen. No es lo mismo una comunidad rural a una urbana; es diferente una comunidad en Tercer Frente a una en Songo La maya, donde su gente tiene maneras muy distintivas de interactividad con su emisora.
Esta estación con apellido de comunitaria hay que defenderla como arte, y Medio de Difusión Masiva representativa del poder que es el propio pueblo, protagonista de tiempos pretéritos, presente y futuro; porque tiene la facultad de expresar lo material y lo espiritual del hombre, valiéndose del sonido de la palabra para reflejar y perfeccionar su entorno.
La imagen auditiva, como un lente, retrata, describe los rostros, los estimula, les advierte y les critica. El propio oyente va a la emisora a denunciar lo que no funciona en la sociedad, se convierte en la voz capaz de poner a tiempo los puntos sobre las i.e.s.
Harold Dwight Lasswell refiere "que la función social de los medios, consiste en supervisar y vigilar el entorno (o sea al gobierno, al Estado) y en transmitir la herencia social, función que debía ser cumplida mediante la educación, así como con la organización y estructuración de los instrumentos sociales, lugar donde los medios de comunicación tenían una gran preponderancia”.
Como se puede apreciar existe en esta definición puntos de contactos y lógicamente diferencias, sobre todo en el control del entorno, pues la radio cubana debe ejercer ese papel para mejorar, ayudar, ser un canal de transmisión de opiniones y sugerencias sobre la gestión y administración de la propiedad social.
No me queda lugar a duda que la emisora en Contramaestre es una radio comunitaria, con una distinción, que los profesionales reciben una preparación superior, es una preocupación permanente que la información sobre el medio llegue al colectivo creativo y propicia en mayor o menor grado el intercambio de experiencia sin que ello constituya el robo de conocimientos.
Ahora bien, la radio local actualmente ha respondido a reajustes de perfiles, para despojarse del mimetismo de otros niveles radiales que en nada se corresponden con las misiones y sus objetivos.
El estudio ha sido la proporción en que deben estar presente contenidos enriquecedores, aunque como principio, todos los medios deben apropiarse del valor del propio entorno, pero sin dejar de entender que la competencia está en cómo mejor servir a la comunidad desde su modelo y no cómo hacer mejor lo mismo que otras estaciones hacen para un público diferente o para la misma audiencia, pero con un nivel de generalidad que nada tiene que ver con lo especifico de otras.
La radio comunitaria es un factor de acercamiento, un puente, un paso hacia el otro, no para que el otro se convierta en lo que nosotros somos, sino para que él pueda ser lo que es. No se trata de tener más, sino de ser, ésa es su verdadera misión.
Algunas investigaciones realizadas en “Radio Grito de Baire” sobre los públicos jóvenes y adultos, marcan la diferencia. Como se sabe los primeros son muy difíciles de retener por su propia naturaleza de cambio, movimiento y aspiraciones, mientras los maduros son más estables.
Una muestra en públicos recientes denota que el mayor consumo de los contenidos están relacionados con la música, pero cuando se refieren a la información existe interés por la noticia en tanto sea breve, precisa, sólo para saberse informado; otros contenidos de cultura general serán atractivos para ellos por su singularidad, brevedad, lenguaje dialógico, por su interacción con el oyente. También expresan interesarse por los programas de participación y los dramatizados.
Se aprecia la diversidad de preferencias (en cuanto a la música y la información); incluso una misma persona gusta de diversos géneros musicales y se interesa por diversas áreas del conocimiento. El problema y la solución a la vez, frente a esta diversidad de gustos están en la misma radio, la que debe combinar armónicamente esa dualidad para atraer al oyente.
La radio en Contramaestre suscita el cambio, la promoción de valores, establece los límites de conducta, participa con su público en la ratificación o rectificación de su modelo de comunicación, encuentra e incorpora sus necesidades de información, es un vehículo de la recreación del barrio, interactúa con la escuela, la fábrica, los servicios.
No tiene créditos una radio de la localidad que aplique todo el conocimiento universal y no tome en cuenta las inquietudes de los vecinos, de los escolares, trabajadores y profesionales que constituyen su potencial de radioescuchas.
Hoy nos parece importante que miremos hacia el futuro; convencidos que el medio no puede transitar con una programación improvisada. Debe primar el conocimiento y la creación, la búsqueda de elementos novedosos, que marquen la forma de hacer, dar pie a la distinción del espacio.
El trabajo de creación, aunque tiene un carácter individual, debe nutrirse de las mejores ideas y esto obliga conocer de manera permanente el pensamiento que corresponden y de hecho pueden captarse de los públicos internos y externos.
Pensar que todo esta inventado es como decir que no hay nada que hacer y ello puede ser sinónimo de inercia. Es un clarín al fatalismo. Decir que somos un medio subestimado es mirar apocalípticamente el porvenir .
Nuestra radio comunitaria facilita el progreso, el bienestar y disfrute de los oyentes cubriendo en gran medida sus necesidades de información, de comunicación y cultura; fomenta su participación en procesos comunicativos proporcionándoles acceso a la formación, facilidades de producción y transmisión; estimula la innovación en programación, y trata especialmente de involucrar a las secciones de la comunidad que están en desventaja social o que están menos representados en las emisiones de los servicios existentes.
El disfrute de una emisora comunitaria consolida el proyecto político democratizador y pluralista que las sustenta, buscando un rol protagónico a la ciudadanía y visibilización de los sectores populares y de las comunidades presentándolos como protagonistas. En este sentido, trata de fortalecer procesos de inclusión de los sujetos excluidos por la sociedad y el modelo neoliberal.
Un eje muy fuerte de su trabajo está en que apunta al desarrollo de una sociedad representativa con incidencia e impacto en las poblaciones y ámbitos en que se encuentran, generando corrientes de opinión pública y procesos educativos en los sectores más necesitados.
En la medida que el desarrollo se hace visible, “Radio Grito de Baire”, desde el escenario radiofónico se esfuerza por reflejar a su pueblo los esfuerzos en defensa del progreso sostenible, ajustado a la realidad de estos tiempos caracterizados por un recrudecido bloqueo, y una aguda crisis económica mundial, que imponen retos y desafíos.
Prestigia a la radio comunitaria en Contramaestre la Redacción digital, a través de su Página Web, con el interés de que se conozca la realidad de Contramaestre en el mundo. Con más de cinco años de existencia en la red de redes, www.radiogritodebaire.cu difunde diariamente al público preferentemente de habla hispana, sobre los principales acontecimientos políticos, económicos y sociales del municipio, destacando la obra de la Revolución cubana en beneficio popular.
Publicaciones de diversos trabajos periodísticos de diferentes géneros, en textos e imágenes, en audio bajo demanda y en tiempo real, garantizan la interactividad con los cibernautas.
La emigración hacia software libre conocido como Plataforma Joomla, permite el intercambio de opiniones a través de foros participativos que conducen a una mejor comprensión del contexto cubano, y en nuestro caso, del escenario local, posibilidad auténtica de las Página Web insertada a la radio comunitaria.
Volviendo a la realidad, observamos que sólo un pequeño por ciento de los ciudadanos está conectado a la Red, que nunca tantos han sido incomunicados por tan pocos. Recogemos y hacemos nuestras las palabras de Eduardo Galiano, cuando afirma que "estamos ante un mundo sin alma; no hay pueblos, sino mercados; ciudadanos, sino consumidores; naciones sino empresas; relaciones humanas, sino competencias mercantiles”. Si la comunicación se reduce a tecnología y mercado estamos convirtiendo nuestras relaciones en puro intercambio comercial, alimentado la triste espiral del que más tiene más invierte para tener más.
Sin embargo, nuestra redacción digital, con un equipo de periodistas con diversas funciones, ofrece al internauta la veracidad de un municipio que hace de lo cotidiano no un sustantivo, sino un verbo, donde el protagonismo de la vida diaria de la gente, es sinónimo de esperanza para vivir en este mundo.
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